Musgos y líquenes

Musgos y líquenes

En otoño cuando los árboles caducifolios pierden todo su follaje y los troncos y sus ramas aparecen en completa desnudez nos percatamos de la presencia de musgos y líquenes adheridos en la superficie.

Esa visión nos perturba un tanto porque no estamos muy seguros de si es buena o mala esa presencia.

Musgos y líquenes en los árboles1

Musgos y líquenes son plantas epifitas, es decir plantas que viven sobre la superficie de otras plantas. Los líquenes son el resultado de una simbiosis entre un hongo y un alga.

Altamente resistentes, tienen la capacidad de soportar una muy alta desecación y también pueden sobrevivir a grandes variaciones de temperatura (-70 a +70 ° C). Paradójicamente esta enorme resistencia convive junto a una extrema sensibilidad a la contaminación del aire. Los musgos, muy sensibles también en este aspecto, mueren a la menor presencia de cobre en su entorno.

Los líquenes no soportan el dióxido de carbono, han sido los grandes derrotados de la era industrial.

Los investigadores consideran hoy día a los musgos y líquenes como biomarcadores del nivel de contaminación en una zona determinada.

Así que si sus árboles tienen musgo y liquen ¡alégrese! su jardín disfruta de un aire relativamente puro.

 

Musgos y líquenes en los árboles2

Musgos y líquenes simplemente viven sobre los árboles a modo de soporte, no penetran bajo la corteza y no se aprovechan de los recursos del árbol.

No son plantas parásitas como el muérdago que sí se aprovecha de los recursos alimenticios del árbol.

La duda nace entre los jardineros ven en ocasiones que cuando el musgo y el líquen aparecen sobre un árbol este pierde vitalidad. Pero no, el hecho es que musgos y líquenes prefieren los árboles viejos con la corteza rugosa donde se pueden fijar sin problemas y claro estos árboles en ocasiones ya están al final de su ciclo vital y pueden presentar problemas de salud.

 

Musgos y líquenes en los árboles3

Pero si usted observa una excesiva cantidad de musgos y líquenes sobre alguno de sus árboles, sobre todo si presenta zonas con la madera deteriorada por la edad o por heridas mal cicatrizadas, puede limpiarlos con un cepillo de cerdas duras de fibra vegetal o plástico pero nunca de metal.

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